Entradas

Capítulo 120: Nuevo bebé a la vista.

Imagen
     Nuevo bebé a la vista. Mel y yo nos centramos en nuestro trabajo en común en Sola en la oscuridad . Estábamos bien, volvíamos a ser un matrimonio bien avenido, una familia feliz junto con Sean. Pronto descubrí que volvía a estar embarazada; y de nuevo las alegrías y los temores volvieron a invadir mi alma a partes iguales.      Para nuestras primeras navidades decidí encargarme personalmente de la decoración de la casa. Y les mandé tarjetas de felicitación tanto a mis amigos como a mi madre. La baronesa Ella van Heemstra acababa de dejar Londres para trasladarse a San Francisco donde se dedicaría a recaudar fondos para ayudar a los veteranos de la guerra de Vietnam y donde viviría con su nueva pareja, el guionista Leonard Gershe.      De algún modo sentía que todo volvía a establecerse con relativa normalidad. Mel y yo estábamos tan felices como en nuestros primeros días porque trabajar juntos en la película nos hacía sentirnos cómplices. Éramos como una pareja de jóvenes ilus

Capítulo 119: Sola en la oscuridad.

Imagen
      Sola en la oscuridad. Mel quería rodar una película acerca de una mujer ciega a acosada por unos criminales. Estaba intentando adquirir los derechos de la obra de teatro, y a pesar de que el proyecto no estaba más que en sus inicios acepté trabajar para Mel en la película.     

Capítulo 118: ¿Cómo robar un millón y...?

Imagen
      ¿Cómo robar un millón y...? Me ausenté de La Paisible durante el otoño para rodar mi tercera película con William Wyller y con el actor Peter O´Toole como coprotagonista.      En la película interpretaba a la hija parisina de un falsificador de arte que se hace pasar por coleccionista de arte. Nicole se ve obligada a planear el robo de la Venus de Cellini (esculpida por su abuelo tomando a su abuela como modelo) que su padre ha prestado al museo y financiado por un millón para que no descubran la estafa al analizar la obra. Nicole contrata a Simon Demott, un presunto ladrón de guante blanco, para robar el original.      Mel vino a pasar un fin de semana mientras estábamos de rodaje. Y todo parecía ir a mejor. Estábamos bien. Sí, al fin estábamos bien.

Capítulo 117: La Paisible.

Imagen
  La Paisible. Compramos esta casa a kilómetros de Ginebra (Suiza) con el fin de establecernos en un lugar tranquilo donde Sean, que ya tenía cuatro años, pudiese crecer en harmonía y recibir una educación de habla francesa. Atrás quedaban los diez años en Villa Bethania . La Paisible era una mansión de piedra de doscientos años rodeada de huertos y jardines, un lugar tranquilo en el que podía dedicarme a lo míos. 

Capítulo 116: Pendíamos de un hilo.

Imagen
     Pendíamos de un hilo. Mi relación con Mel era un completo desastre. Nuestro matrimonio estaba roto. Mel estaba absorto con la próxima película que rodaría en España. Era un hombre ambicioso, incapaz de ver que su carrera iba en declive, ciego ante la idea de que no nos faltaba de nada y que teníamos a Sean. Como a mí no me importaba quedar relegada a un segundo plano le acompañé a todos sus viajes laborales durante el siguiente año con el fin de tratar de reparar la brecha. 

Capítulo 115: Ola de calor.

Imagen
     Ola de calor. Una intensa ola de calor asoló Los Ángeles aquel verano. Estaba agotada, y para colmo mi anillo de casada desapareció. Lo había dejado en mi bolsa como cada mañana, y teniendo en cuenta que nadie podía acceder a mi camerino parecía imposible que desapareciese. Por eso revisé cada rincón de mi camerino antes de dar la voz de alarma a todo el mundo. Me di cuenta, entonces, de que tal vez el universo trataba de decirme algo. Terminé el rodaje de My Fair Lady a finales de año totalmente desencantada.

Capítulo 114: ¡Maldito doblaje!

Imagen
       ¡Maldito doblaje! ¿Pero cómo era eso posible? Me quedé blanca como la pared cuando me dijeron que iban a doblarme las canciones. Me habían engañado. Marni Nixon, una soprano cante de ópera llevaba contratada desde mayo y nadie me lo había comunicado. La técnica de una cantante profesional podía ser perfecta, sí, pero aquella mujer carecía de nociones de interpretación por lo que su voz no podía trasmitir los sentimientos de Eliza. Horas y horas de clase de canto para mejorar la técnica vocal, mi experiencia de otros musicales trasmitido a este... todo ese trabajo tirado a la basura. Me decepcionaba enormemente. Aquello no era nada justo... ¡Maldito doblaje!