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Capítulo 132: Entre Sean y Andrea, la prueba de fuego.

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       Entre Sean y Andrea, la prueba de fuego. Cuando Andrea vino a visitarnos a La Paisible , conoció a Sean que por aquel entonces ya tenía nueve años. Me preocupaba mucho la primera toma de contacto, pero en cuanto vi a mi hijo sonriente y feliz ante su nuevo amigo adulto, todas mis preocupaciones se desvanecieron en un solo instante. Sean seguía visitando a su padre de vez en cuando en su casa de Mabella. Y pronto Andrea formó parte de nuestras vidas, incluso venía a pasar las vacaciones con nosotros.

Capítulo 131: Entre Éfeso y Atenas.

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      Entre Éfeso y Atenas. Entre Éfeso y Atenas se consolidó mi amor por Andrea Dotti. ¿Cómo era posible que hubiese sucedido tan rápido? ¡Si apenas hacía una semana que nos conocíamos! Fui a verle varias veces a Roma y él vino a verme a mí a Suiza. Pero si queríamos seguir adelante y formalizar la relación Andrea tenía que pasar por una prueba de fuego llamada Sean.

Capítulo 130: Andrea Dotti.

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    Andrea Dotti. Durante el crucero en el yate de la princesa conocí a Andrea Dotti. Y de inmediato me pareció un hombre apuesto, alto y juvenil. Además era elegante y alegre. Por supuesto no quería encariñarme demasiado con ningún hombre ahora que era libre de nuevo, pero Andrea me cayó como un ladrillo en la cabeza. Mis sentimientos por él surgieron de golpe. Me pasaba horas y horas charlando con aquel psiquíatra experto en personalidad depresiva. Era fascinante.

Capítulo 129: Las islas griegas.

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   Las islas griegas. Sean y yo nos embarcamos en un crucero por las islas griegas. Recorrimos el Mediterráneo a bordo del lujoso yate de la princesa Olimpia Torlonia, su marido y otros invitados. Fueron ocho días de vacaciones maravillosos. 

Capítulo 128: Italia.

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     Italia. Tras catorce años de casada echaba de menos a Mel. Pero mi vida había cambiado. Ahora todo era distinto. Y yo necesitaba un cambio más drástico. Por eso al final decidí visitar Italia durante las vacaciones escolares de Sean. Allí estaríamos bien, veríamos a amigos y conocidos y nos divertiríamos. Y así era. Italia era maravillosa. Conocía a gente nueva y buena cada día. Era un soplo de aire fresco para nosotros.

Capítulo 127: El divorcio.

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   El divorcio. La Paisible era un lugar acogedor y agradable, pero las cosas no iban bien, y no solo por mi último aborto. Hacía ya demasiados años que las cosas, sencillamente, no iban bien en mi matrimonio. Por eso llegó el día en el que le tuve que explicar a mi hijo que su padre y yos nos divorciaríamos. Le dije que nos queríamos pero que no podíamos entendernos y que por supuesto él no tenía nada que ver. Era extraño, porque Sean tenía la misma edad que tenía yo cuando mi padre nos abandonó. Pero la situación era completamente distinta. Y ahora sí, sentía y sabía que al fin estaba haciendo lo correcto. No obstante me sentía bastante desencantada tras trece años de matrimonio. Había pensado que como éramos buenas personas y nos habíamos querido, nuestro matrimonio duraría hasta la muerte de alguno de los dos. Pero no, no era así. A los pocos días del divorcio Mel se fue y se instaló en Estados Unidos. Me quedé, a mis treinta nueve años, divorciada y con un hijo, sola en ...

Capítulo 126: Mi nuevo guión como ama de casa.

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     Mi nuevo guión como ama de casa. Ahora era ama de casa a tiempo completo. Me dedicaba a cuidar de Sean todo el tiempo, a ayudarlo con los deberes, a cocinar y a regar los rosales. Disfrutaba de los pequeños placeres de la vida, alejada de los focos, sintiéndome como una mujer normal y corriente. En 1967 me volví a quedar embarazada, pero a los pocos días perdí de nuevo a mi bebé.