Capítulo 79: La boda.
La boda. Aunque pueda ser difícil de creer
al final la boda se produjo. Había estado deprimida, me mordía las uñas por el
estrés y tenía que soportar a mi madre recordándome que había sobrevivido a una
guerra, pero descubrí que hablar con mi querido Mel resultaba de lo más
reconfortante.
Me
casé por primera vez el 25 de septiembre de 1954 en el pequeño pueblo de Bürgenstock (Suiza).
Me puse un precioso vestido blanco diseñado por mi buen amigo Hubert Givenchy
y una corona de flores en la cabeza recogiendo mi pelo corto.
Sir Nevile Bland, embajador holandés y
amigo de mi madre, me acompañó al altar.
Mel Ferrer y yo nos casamos en una
preciosa capilla del siglo XIII. Contamos apenas con una veintena de invitados
entre los cuales se encontraba mi madre y los hijos de Mel.
Días después de la boda, tras una
cortísima luna de miel, comencé a leer guiones de nuevo mientras cuidaba del
jardín y cocinaba en Anzio, un pequeño pueblo cerca de Roma. Mel y yo vivimos
allí durante un tiempo mientras él atendía algunos asuntos profesionales y yo
me sentía más a gusto, feliz y relajada que nunca.
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