Capítulo 4: Mis padres.

 

     Mis padres. Mis padres siempre me parecieron distantes entre ellos. Aunque era común que mi padre siempre estuviese alejado de todos, de mi madre, de mis hermanos mayores y también de mí.

     Las discusiones entre papá y mamá eran cada vez más frecuentes. Y mis hermanos Ian y Alexander hacían todo lo posible para que yo no fuese consciente de ello. Subidos a un árbol como nos gustaba a nosotros, mis hermanos mayores trataban de distraerme. Al fin y al cabo era la pequeñita, la única niña, la joven despierta y risueña a la que ambos debían proteger. Recuerdo como Ian y Alexander me decían que las discusiones entre papá y mamá siempre habían estado ahí. Mis hermanos afirmaban que no debía ver nada distinto en ellos y que no debía preocuparme. Pero yo no estaba tan segura de ello.

    Cada vez escuchaba con mayor frecuencia a mi madre reclamarle a mi padre porque no traída dinero a casa. Y tenía razón, porque mi padre se pasaba las horas viajando o en reuniones políticas. Cada vez más cercano a la extrema derecha, mi madre odiaba profundamente las ideologías crecientes de mi padre. Yo era muy pequeña, pero a la vez era consciente de todo. 


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