Capítulo 6: Vi a mi madre llorar por primera vez.

 


     Vi a mi madre llorar por primera vez. Y fue traumático para mí porque no estoy segura de creerla capaz de llorar.

    En el año 1935 mis padres seguían discutiendo. Era la misma canción de siempre: la ausencia de comida y las ideologías políticas derechistas de mi padre. Por desgracia esta vez no tenía a mis hermanos para distraerme, porque Ian y Alexander estaban en aquel momento en un internado. Y por si fuera poco sabía que pronto me enviarían también a mí.

   Mi querido padre, Joseph Ruston, parecía estar cada vez más ausente. Creo que era capaz de no hablarnos ni mirarnos a la cara durante semanas. A finales de ese año mi padre cogió las maletas y se fue de viaje para no volver.

     La duda y la tristeza me embargaban al ser tan pequeña y no entender el porqué de su marcha ni saber dónde estaba. Tiempo después supe que había estado en Londres.

    Cuando mi padre nos dejó vi llorar por primera vez a la siempre recta y correcta mujer que tenía por madre. Aquello fue un choque inesperado para mí. Perdía a un padre que realmente nunca había estado ahí, y veía las lágrimas brotar de los ojos de una madre que me amaba.

    Fui enviada a Arhem con mis abuelos. Allí, mi abuelo, quien había sido alcalde entre 1920 y 1921, y mi tío Otto, el juez, compartieron aquella tan añorada figura paterna. 




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