Capítulo 37: Día a día.
Día
a día. Tras la guerra, ya en 1948, mi madre y yo vivíamos disfrutando de todos
y cada uno de los días de nuestra vida. Hacía ya nueve años que había
abandonado Inglaterra y ahora al fin había vuelto.
Soñaba con bailar en el teatro Covent Garden y en ser la primera
bailarina de una gran compañía de ballet.
Estaba muy feliz con mi nueva vida en
Londres. A las diez de la mañana comenzaba la primera clase, y justo a las seis
de la tarde comenzaba la última. Mientras tanto aprovecha los trabajos a tiempo
parcial que lograba conseguir. Era modelo, niñera o portera. Todo fuera por
ayudar a mi madre con nuestros gastos.
Más allá del pluriempleo, las clases de
baile con Marie Rabert resultaban agotadoras y caras. A veces incluso hasta
podía dar miedo porque Marie Rambert tenía por costumbre atizar en los nudillos
con una vara a sus alumnos. Muchos de ellos lloraban. Pero a mí no me importaba
puesto que estaba ya muy acostumbrada a la disciplina y el trabajo duro. Todo
fuera por cumplir mi sueño.
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