Capítulo 47: ¿Actuar, yo?

 

     ¿Actuar, yo? Actuar ante una película de cine, nunca en la vida se me habría pasado por la cabeza que podría hacer algo así. Estaba tan acostumbrada a los escenarios, a actuar bailando y cantando ante el público y a posar como modelo, que jamás lo habría imaginado.

   Me preocupaba no saber desenvolverme bien ante las cámaras, por lo que terminé apuntándome a clases de interpretación. Mi maestro fue Felix Aylmer. Me enseñó a modular la voz a través de la lectura de obras clásicas y modernas.

   Durante los cuarenta muchos directores británicos habían emigrado a Hollywood para buscarse la vida creando su arte. Algunos de sus nombres comenzaban a sonar al fin a principios de los cincuenta. Nos contaban historias cómicas, pero también otras crudas y comprometidas con el trasfondo del realismo social. Veía todo aquello con interés, esperando descubrir más sobre el mundo del cine.

    A pesar de estas nuevas oportunidades que se avecinaban, no dejaba de lado mi trabajo como modelo. Cada vez era más reconocida en el mundo del modelaje. Las marcas buscaban elegancia y sofisticación. Veían en mí los atributos que buscaban, de tal modo que me probaban todo tipo de combinaciones de colores y anunciaba también todo tipo de complementos. 


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