Capítulo 75: Ondine.
Ondine.
Con la obra de teatro Ondine seguía
en Broadway trabajando mano a mano con Mel. Adoraba el teatro y mi papel como
ninfa acuática, pero el teatro siempre me ponía nerviosa. Estaba en constante
tensión porque temía no dar la talla. A veces el escenario parecía un lugar
enorme y yo una persona pequeñita. Además, y a pesar de haber ganado un Óscar,
seguía sin acostumbrarme a la pomposidad del mundo de espectáculo y a todos
esos carteles luminosos con mi nombre.
Una de las críticas que escribieron sobre
mí rezaba así:
“El don de la señorita Hepburn es de tal
naturaleza que todo cuanto dice y hace posee un encanto irresistible. La broma más
insignificante adquiera una dimensión adicional y se convierte en hilarante;
los asuntos más triviales parecen así momentos de brillante inspiración interpretativita”.
Las críticas sobre mí siempre eran más que
buenas pero aun así no terminaban de convencerme.
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