Capítulo 84: ¡Es imposible!
¡Es imposible! Yo no valgo tanto. ¡Por
favor, no se lo digas a nadie! Eso fue lo que exclamé cuando mi representante
me confirmó lo que iba a cobrar por Guerra
y Paz justo después de cumplir los veintiséis años y de estar pasando por
uno de los peores momentos de mi vida. Por la película de Guerra y Paz iba a ganar trescientos cincuenta mil dólares más
otros quinientos a la semana en dietas por cinco meses de rodaje. Mi marido
Mel, en cambio, ganaría cien mil. Me convertí así en la actriz mejor pagada de
la historia. Y a pesar de que le pedía a mi representante que fuera discreto,
finalmente la prensa terminó haciéndose eco del asunto.
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