Capítulo 98: Joseph Ruston.
Joseph Ruston. Mi querido esposo Mel era
consciente de que todavía tenía en la memoria a aquel padre que me había
abandonado de niña. Tras seis meses visitando lugares que desconocía o que
hacía tiempo que no visitaba, tenía a mi padre en la memoria más que nunca. Y
Mel lo sabía. Por eso consiguió localizarlo a través de la Cruz Roja. Me contó
que vivía en Irlanda, que habían estado hablando y que le había reconocido de
inmediato. Por lo visto mi padre había seguido mi carrera como actriz y ahora
quería verme. Acepté porque pensé que de esa forma se cerraría aquel pequeño círculo
sin sellar.
De modo que juntos volamos desde Lucerna
hasta el hotel Shelbourne en Dublín. Esperamos el aviso frente al teléfono.
Miré fijamente al teléfono de nuestra habitación de hotel durante un rato. Estaba
tan profunda ensimismada en él que me sorprendió cuando al fin sonó su llamada.
Joseph Ruston nos aguardaba en el vestíbulo.
Habían pasado veinte años pero al instante
reconocí a mi padre. Jospeh vestía un elegante traje de año y estaba allí
parado sin atreverse a mover ni un solo músculo. Me acerqué a él, y sin derramar
una sola lágrima, lo abracé. Pensé en que aquel hombre no era malo sino que
simplemente tenía problemas para expresar sus sentimientos. En cuanto Mel
apareció en el vestíbulo, le dije: “Ya podemos volvernos a casa”.
Comentarios
Publicar un comentario