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Mostrando entradas de mayo, 2024

Capítulo 114: ¡Maldito doblaje!

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       ¡Maldito doblaje! ¿Pero cómo era eso posible? Me quedé blanca como la pared cuando me dijeron que iban a doblarme las canciones. Me habían engañado. Marni Nixon, una soprano cante de ópera llevaba contratada desde mayo y nadie me lo había comunicado. La técnica de una cantante profesional podía ser perfecta, sí, pero aquella mujer carecía de nociones de interpretación por lo que su voz no podía trasmitir los sentimientos de Eliza. Horas y horas de clase de canto para mejorar la técnica vocal, mi experiencia de otros musicales trasmitido a este... todo ese trabajo tirado a la basura. Me decepcionaba enormemente. Aquello no era nada justo... ¡Maldito doblaje!

Capítulo 113: La harapienta de Eliza Doodlittle.

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     La harapienta de Eliza Doodlittle. Convertirme en ella no era nada fácil. El rodaje inició el dos de agosto, y a pesar de los esfuerzos y el trabajo duro me sentía más que llena de energía. Llegaba todos los días a las cinco de la mañana para transformarme en la harapienta Eliza. Durante una hora de maquillaje me tiznaban la cara, me ensuciaban las unas y me realizaban todo tipo de peinados perfectamente despeinados o usaban pelucas harapientas. Lo importante era parecer una florista callejera de los barrios bajos.      Horas y horas de rodaje, diálogos perfectamente milimetrados, bailes, escenas musicales en las que mis labios debían encajar en las canciones grabadas, etc.... Todo aquello era aguador pero nadie ni nadie me había dicho que mi trabajo en My Fair Lady fuese a ser fácil. Lo verdaderamente importante era dar lo mejor de mí.

Capítulo 112: Los preparativos.

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     Los preparativos. Los preparativos para My Fair Lady no fueron moco de pavo. No tenía ni un ápice de tiempo libre para invertir en mí misma y mucho menos para divertirme. Las clases de baile, las de canto, las de acento cockney (el acento de la clase trabajadora de Londres), la preparación de los diálogos y los ensayos de la película, todo eso me llevaba doce horas diarias. Incluso empecé a tomar clases privadas de canto para mejorar la sonoridad de mi voz. Estaba tremendamente preocupaba por dar la talla, debía demostrar que era la adecuada para el papel en lugar de Julie Andrews a la que tantos habían tenido en mente para convertirse en Eliza Doodlittle. Disciplina y perseverancia. Trabajar al máximo, ofrecer todas mis armas para dar la talla, eso es todo lo que tenía que ofrecer. Lo mejor de mí.

Capítulo 111: “Las distancias”.

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     Las distancias. Las distancias complicaron un poco mi situación matrimonial. My Fair Lady (1964) era la película más esperada desde Lo que el viento se llevó (1939). Mi hijito Sean, la niñera y yo nos instalamos en una casa en Los Ángeles durante los meses que duró el rodaje de My Fair Lady. Mientras tanto mi marido Mel aceptaba todo tipo de trabajos, la mayoría de ellos en Europa de modo que las largas distancias cada vez hacía más mella en nuestra relación. Pero la distancia física no era un factor tan determinante como la distancia laboral. Yo tenía muchísimo éxito mientras que a Mel no le iba muy bien. Por aquellos tiempos los hombres no estaban acostumbrados a que sus mujeres tuviesen tanto éxito y brillasen por encima de ellos. Mi marido se sentía frustrado y desdichado, y yo ya no sabía qué más podía hacer, de modo que me centré en mi trabajo y en el auténtico amor de mi vida: mi hijo Sean.

Capítulo 110: “My fair lady”.

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      My Fair Lady . El 4 de junio de 1963 terminaron las negociaciones y decisiones para My Fair Lady . Los estudios Warner se llenaron de cámaras y periodistas a la hora del almuerzo. Mi nombre encabezaba el papel. Pero por desgracia a algunos no les gustó verme allí porque habían contado con Julie Andrews para el papel de Eliza Doodlittle. Y es que era Julie la que llevaba tres años en Broadway interpretando este mismo personaje en el West End. Pero la Warner me quería a mí porque Julie nunca había hecho una película y según ellos ya contaban con mi forma única de cautivar al público.     Finalmente My Fair Lady se convirtió en la película más cara de la historia de Hollywood hasta la fecha, con diecisiete millones de dólares de presupuesto. Me tenían como a una apuesta segura. Siete años atrás había visto My Fair Lady y desde entonces había sido un deseo para mí ponerme en la piel de Eliza, aquella harapienta florista, si algún día se hacía la pelíc...

Capítulo 109: “Cumpleaños feliz”.

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     Cumpleaños feliz. Ya había vuelto a Villa Bethania cuando recibí una carta inesperada. Se trataba de una invitación para asistir a la fiesta de cumpleaños del presidente de Estaos Unidos John F. Kenney. Además el presidente se había declarado admirador mío. De modo que el 9 de mayo mi marido Mel y yo fuimos al Waldorf Astoria de Nueva York. Y tal y como había hecho Marilyn Monroe un año antes, le canté Cumpleaños feliz al presidente. Aquel se convirtió en el último cumpleaños del presidente porque aquel mismo año le mataron.